Día 4. Los apóstoles
de los últimos tiempos
Enero 3/10 (7:00
p. m.)
Hijos
míos: sed dóciles a mi llamado, responded con prontitud; mañana quizás os sea
demasiado tarde porque muy pronto se dará el gran milagro y aparecerá la señal
en el cielo; por eso os quiero a todos en el Ejército Victorioso de los
Corazones Triunfantes.
Ejército
que espera en paz el segundo advenimiento de Jesús.
Ejército
conformado por almas sencillas, almas abiertas a la acción del Espíritu Santo.
Ejército
que atiende a mis mensajes, a mis enseñanzas porque soy Maestra de los
apóstoles de los últimos tiempos. Apóstoles que se consagran íntegramente a mi
servicio como súbdito, como esclavos de mí Amor Santo, ofreciéndose sin ninguna
reserva. Apóstoles que llevarán en el corazón, el oro del amor; en el espíritu,
el incienso de la oración y en el cuerpo, la mirra de la mortificación.
Apóstoles que vivirán en plenitud la libertad evangélica, desapegados
totalmente del mundo pero adheridos totalmente a Dios. Apóstoles que serán
verdaderos discípulos del Señor, siguiendo sus ejemplos de: pobreza, humildad,
caridad. Apóstoles que tendrán alas plateadas de paloma e irán donde el
Espíritu Santo les llame. Apóstoles que se consumen con tal de dar gloria a
Dios y de contribuir en la salvación de las almas.
Apóstoles llenos del
Espíritu Santo que batallarán con la Palabra de Dios: espada de dos filos,
espada que destruirá a los enviados de satanás, espada que abajará a los
soberbios, espada que aniquilará el pecado, espada que dará luz a los ciegos
espirituales, espada que cortará con la maleza del mundo, espada que abrirá
brechas para entrar al Cielo.
Apóstoles
que llevarán sobre sus hombros el estandarte ensangrentado de la cruz.
Apóstoles que aceptarán con amor el sufrimiento. Apóstoles que abrazarán la
cruz del Mártir del Gólgota y caminarán por las sendas angostas y pedregosas,
sendas que llevan a un encuentro personal con Jesús. Apóstoles que vivirán a
perfección el Evangelio y no según las directrices del mundo. Apóstoles que
llevarán en su mano derecha el crucifijo como señal de entrega a Jesús crucificado.
Apóstoles que sostendrán en su mano izquierda la corona de rosas del Santo
Rosario: signo que representa su amor y entrega incondicional a mí, que soy la
Maestra que los educa en la ciencia del Cielo y la Madre que los acerca a
Jesús. Apóstoles que viven la consagración a mi Inmaculado Corazón viviendo en
María, con María, por María y para
Corazón
viviendo en María, con María, por María y para María. Apóstoles que me acogen
con amor en su corazón.
Hijos
míos: como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a predicar el
Evangelio con valentía, a perder todo respeto humano, a mostrar el pecado en
toda su dimensión.
Como
apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a rechazar todo pensamiento
que vaya en contra de la sana doctrina, pensamiento que os hace anatemas,
herejes.
Como apóstoles de los últimos tiempos
estáis llamados a ser luz, a iluminar con vuestra vida de coherencia los
ambientes más densos, más oscuros.
Como
apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a formar parte de la Iglesia
Remanente. Iglesia aferrada a la Tradición. Iglesia asistida y dirigida por el
Espíritu santo. Iglesia que vive en un continuo Pentecostés.
Como
apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a preparar el camino del Señor
para su segunda llegada, llegada que está muy próxima porque de lo contrario
muchas almas se perderán.
Como
apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a la santidad, a encarnar el
Evangelio y a pareceros a Jesucristo, imitándole en sus adorables virtudes.
Como
apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a transfiguraros en el Tabor
de los Sagrarios. Sagrarios en los que os encontraréis cara a cara con el
Señor.
Sagrarios
en los que me encontraréis adorando a Dios presente en la Sagrada Hostia y
reparando por todos los pecados de la humanidad.
Como
apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a identificar la falsa iglesia
de la verdadera Iglesia, a permanecer fieles a las enseñanzas de Jesús sin
dejaros confundir y tambalear por vientos fuertes y doctrinas falaces.
Como
apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a refugiaros en mi Inmaculado
Corazón, refugio seguro para este tiempo de la tribulación.
Virtud de la humildad
Conservad
la humildad en vuestro corazón.
Teneos por el más pequeño entre los
pequeños, porque esta
virtud dará hermosura a vuestra alma.
Cosechadla
con esmero para que seáis como una orquídea fina y
delicada que pasa
desapercibida entre las diferentes especies de
un frondoso jardín.
Os
pongo como ejemplo a Jesús, Hombre-Dios que vino al mundo a servir y no ha ser
servido, la hermosura
de su alma era brillante como una estrella, el resplandor
de sus ojos, cual dos luceros
fulgurantes que destilaban destellos en la
oscuridad.
Su
Sabiduría Divina jamás se pudo comparar con la ciencia de
los grandes
intelectuales, su vida fue un prodigio de amor, porque
a cada paso dejaba el
aroma de sus milagros, de su exquisitez.
Muchedumbres
le seguían porque hallaban en Él a un hombre
distinto, hombre diestro en la
palabra, palabra que calaba en cada
corazón para desmontarlo de sus falsos
dioses, para hacerlos
mirar en el interior de sí mismos y descubrir su pecado,
su miseria, su nada.
Siendo el Rey del más alto linaje,
sufrió el éxodo, nació a la
intemperie, su cuna fueron pajas acomodadas que lo
protegerían
un poco del frío de la noche.
Su
cetro fue la Cruz, cruz que redimiría al mundo, su corona fue
una tosca corona
de espinas impuesta como irrisión, como burla.
En
la entrada triunfante a Jerusalén llegó subido en un borrico,
para mostrar que
la suntuosidad no va con los hijos de Dios.
Compartió
con publicanos, fariseos, pecadores, leprosos, cojos,
ciegos y lisiados, nunca buscó
la burguesía, la alcurnia porque su
Sagrado Corazón siempre estuvo adornado del
oro de la humildad.
Engalanaos con esta hermosa virtud,
virtud que os aquilatará
como se aquilata el oro y la plata.
Esta
piedra preciosísima os eleva en valor espiritual. Porque para
haceros grande
debéis haceros pequeños.
Buscad siempre los últimos puestos,
nunca pretendáis figurar y
ser reconocidos; pasad desapercibidos como el viento
suave que
sopla sobre vuestro rostro.
Como
Madre del Salvador, Dios me adornó con esta hermosa
virtud, virtud que era del
agrado de Dios, porque el Verbo
encarnado tomaría posesión de Mí, tomaría mi
pequeñez para
glorificar la grandeza del Dios humanado.
3. Coronilla de
Protección. Pág. 7
Seguir con las mismas oraciones arriba indicadas desde el primer día
María , Mater novissimis temporibus
apostolorum, ora pro nobis , amén.
Simpatizo con la obra y hago apostolado de ella,
y en libertad de acción y de acuerdo al documento de la Santa Iglesia
cuya autoridad el Papa Paulo VI , publicado el 15-9-1966 y el decreto de
la congregación de la Propagación de la fe (antes Santo Oficio) A.A.S.,
No 58 / 16 del 29 -12-1966 no esta prohibido divulgar ,sin el imprimatur
escritos relacionados a nuevas apariciones ,revelaciones profecías ,milagros .
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