Enero 3/10 (3:10
p. m.)
Hijos míos: satanás os quiere destruir, os quiere
arrebatar bruscamente de las manos de Dios; estáis viviendo tiempos terribles
de confusión: tiempos en lo que a lo malo se le llama bueno y a lo bueno, malo;
los demonios han sido soltados de las profundidades del infierno para engañar,
seducir.
Son
muchas las almas que han caído en sus mentiras.
Son
muchas las almas que han roto su amistad con Dios, son muchas almas que han
perdido el asombro por los Misterios del Cielo.
Son muchas las almas que acomodan los mandatos del
Señor de acuerdo con sus intereses mezquinos.
Son muchas las almas que desprecian las
manifestaciones del Espíritu Santo. Espíritu Santo que es encapsulado,
atrapado, impidiéndole actuar.
Son muchas las almas que serán sorprendidas por
Jesús en su segunda venida. Son muchas las almas que han cerrado sus oídos y su
corazón a los lamentos Divinos del final de los tiempos; lamentos que llaman a
la humanidad a la conversión. Lamentos que os anuncian signos y señales que os
precederán en este tiempo final.
Lamentos que os alertan del gran castigo que
sobrevendrá al mundo entero. Lamentos que os llaman a la reparación, a la
mortificación, a la penitencia. Lamentos que os avisan de una lluvia de fuego
que purificará la tierra; tierra que tendrá que volver al orden primero de su
creación.
Lamentos
salidos del Cielo para ver si la humanidad entera vuelve sus ojos al Señor.
Hijos
carísimos: María, Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, os convoca a
su escuela Maternal para que recibáis en ella sus lecciones de Amor Santo, para
que os hagáis pupilos aventajados en santidad, para que toméis conciencia de la
urgencia de la consagración a mi Inmaculado Corazón, porque este es un auxilio
celestial que formará en vuestro ser una coraza de protección; coraza que
impedirá que satanás os haga daño. Coraza que iluminará vuestra alma de una luz
sobrenatural, luz que cegará al pérfido demonio.
María,
Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, os preparará para el triunfo
de mi Inmaculado Corazón. Triunfo que vendrá acompañado de tres signos:
El
mundo se volverá Eucarístico porque la Eucaristía es
aire puro que oxigena la Iglesia. La Eucaristía es la máxima de las
manifestaciones de la presencia de Jesús en la tierra. La Eucaristía os hace
semejantes a los Santos Ángeles. La Eucaristía es el alimento perdurable que os
une al Señor. La Eucaristía evidencia a Jesús, real en la Hostia Consagrada. La
Eucaristía os da fuerzas para resistir los días aciagos que sobrevendrán a la
humanidad.
La Eucaristía se lleva vuestros miedos, dándoos
coraje para soportar el tiempo que estáis viviendo: tiempo de la tribulación y
de la justicia. La Eucaristía os da temple, fuerza para salir airosos en los
tres años y medio de dura prueba (donde el usurpador tomará el trono que no le
corresponde, trono de Pedro que muy pronto se encontrará vacío). Eucaristía que
será suspendida “cesarán las hostias y los sacrificios; y estará en el tiempo
la abominación de la desolación”. (Daniel 9, 27).
Todos me amarán,
el mundo nuevo me reconocerá como el molde perfecto del Altísimo. El
mundo nuevo me acogerá como la Madre del Salvador y Madre de todos los hombres.
El mundo nuevo se sentirá sobrecogido ante mi presencia. El mundo nuevo
aceptará que a través de mí les vino su salvación. El mundo nuevo se dejará
guiar por mis enseñanzas. El mundo nuevo comprenderá que soy el camino seguro
de encuentro con Jesús. El mundo nuevo crecerá en santidad a una velocidad
vertiginosa porque imitarán mis virtudes. El mundo nuevo sabrá que María,
Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, congregó a la Iglesia
Remanente, al resto fiel en su Inmaculado Corazón a través de la consagración.
Se vivirá al estilo de las primeras
comunidades cristianas; comunidades cristianas que:
todo lo compartían, lo ponían en común, exentas de egoísmos, envidias,
rivalidades; comunidades orantes cuyo eje es Dios; comunidades asistidas por la
luz directa del Espíritu Santo; comunidades que tienen como fin dar gloria al
Santo Nombre del Señor; comunidades renovadas, totalmente transformadas por las
manos prodigiosas del Hacedor.
Virtud de la Esperanza
Siembro
la Rosa de la Esperanza, rosa que será abono y alimento de
excelente calidad para hacer que germine el rosal de diversas y finas especies.
Esta rosa perfumará el jardín de vuestros corazones, haciendo que de vuestro
corazón exhaléis suspiros de amor para Jesús.
La rosa de la
Esperanza que he sembrado en vuestros corazones es vestida de vivos colores. Colores que alegran
vuestro espíritu; colores que os dan hermosura a vuestra alma; colores que os
hacen vistosos para el cielo, pero marchitos para el mundo. No dejéis morir en
vuestro jardín la rosa de la Esperanza, porque si ella muere moriréis vosotros
junto con ella. Cultivad esta virtud con la oración, oración que penetrará en
su raíz para ser convertida en savia espiritual que dará vida a esta virtud. No
dejéis que la rosa de la esperanza sea arrancada de vuestro corazón porque
faltando ella os faltará el aire, os faltará el oxígeno, os faltará el agua, os
faltará el germen de vida, os faltará el germen de eternidad, os faltará el
germen de la trascendencia, os faltará el germen de la alegría, os faltará el
germen de la voz del consuelo, para daros voz de aliento a corazones compungidos
y agobiados.
3.
Coronilla de Protección. Pág. 7
Seguir con las mismas oraciones arriba indicadas desde el primer día
María , Mater novissimis temporibus
apostolorum, ora pro nobis , amén.
Simpatizo con la obra y hago apostolado de ella,
y en libertad de acción y de acuerdo al documento de la Santa Iglesia
cuya autoridad el Papa Paulo VI , publicado el 15-9-1966 y el decreto de
la congregación de la Propagación de la fe (antes Santo Oficio) A.A.S.,
No 58 / 16 del 29 -12-1966 no esta prohibido divulgar ,sin el imprimatur
escritos relacionados a nuevas apariciones ,revelaciones profecías ,milagros .
No hay comentarios:
Publicar un comentario