Día
31. Tomad muy en serio esta preparación
Enero 27/10 (11:20 a. m.)
Amados
hijos: abrid vuestro corazón a cada una de mis lecciones de Amor Santo. Meditad
en ellas cada día y tomad muy en serio esta preparación para la consagración a
mi Inmaculado Corazón. Preparación que os exige estar en estado de gracia.
Preparación que os hará soldados valerosos de mi Ejército Victorioso.
Preparación que os mostrará eventos de gran magnitud que están por suceder en
todo el mundo. Preparación que adelanta el triunfo de mi Inmaculado Corazón y
por ende el Reinado del Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús. Preparación que
alerta a la humanidad para el segundo advenimiento de Jesús que está muy
próximo. Preparación que os pondrá bajo mis órdenes porque soy la capitana de
este gran ejército. Ejército que hará de vosotros apóstoles de luz, porque
estáis en la hora de las tinieblas. El mundo está envuelto en una capa de
oscuridad; apóstoles de luz que habrán de testimoniar con su vida de santidad;
vida llevada según las directrices del Evangelio. Apóstoles de luz que
brillarán como el resplandor de una estrella porque en su alma hay nitidez,
actúan sin fingimiento, en sus obras hay claridad, coherencia. Apóstoles de luz
que enfrentarán al adversario, cumpliendo los mandamientos de la ley de Dios y
de la Santa Madre Iglesia. Apóstoles de luz que esparcirán la Palabra
predicando a tiempo y a destiempo.
Apóstoles de luz fieles a la sana
doctrina y a la tradición.
Apóstoles
de luz que se dejan guiar por las inspiraciones del Espíritu Santo. Apóstoles
de luz que estarán en el mundo, pero sin ser del mundo.
Apóstoles
de luz que rechazarán rotundamente el error, filosofías llamativas y extrañas.
Apóstoles
de luz que andarán por la calle de la amargura dispuestos a ofrecer consuelo al
Corazón agonizante de Jesús.
Apóstoles
de luz que iluminarán en el tiempo en el que la Iglesia pase por la horrorosa
crisis.
Apóstoles de luz que no se sentirán
solos, percibirán mi presencia, mi amparo maternal.
Apóstoles
de luz que difundirán el Evangelio, defenderán la verdad, amarán la Iglesia.
Apóstoles
de luz que recorrerán el camino andado por vuestra Madre Celestial; camino que
os llevará al Cielo.
Apóstoles
de luz que reparan con su oración al Corazón Eucarístico de Jesús, porque es
herido por los suyos en su propia casa.
Apóstoles
de luz que resplandecerán por su vida apostólica, porque el celo de su Casa le
devora.
Apóstoles
de luz que aceptarán los sufrimientos y se adherirán a la Cruz Cristo.
Apóstoles
de luz que se dejarán formar e instruir por mí, como el resto fiel de la
Iglesia.
Apóstoles
de luz que sabrán abrir las puertas de su corazón para que Jesús reine dentro
de ellos.
Apóstoles
de luz que sabrán llegar al calvario del Mártir del Gólgota dispuestos a morir por
Jesús y por la Iglesia verdadera.
Apóstoles de luz que ayudarán a los
perseguidos a caminar por la senda de la confianza y de la seguridad.
Apóstoles
de luz que responderán a mis llamados, darán a conocer mis mensajes sin miedo.
Apóstoles
de luz que harán de su vida: en María, con María, por María y para María.
Apóstoles
de luz que comprenderán que a través de mi intercesión maternal se llega a
Jesús.
Apóstoles
de luz que expandirán el Apostolado de Reparación porque muy pronto se verán
cielos nuevos, tierra nueva.
Apóstoles
de luz que se sentirán gozosos en la persecución porque de ellos será el Reino
de los Cielos.
Hijos
carísimos: consagraos totalmente a mí, que soy Madre de la Esperanza y de la
consolación, porque días aciagos están por venir; el día fuerte de la
tribulación está tocando vuestras puertas; la bestia, semejante a una pantera
negra, llevará a la Iglesia a una dolorosa agonía; los dolores de parto han
comenzado; combatid conmigo las fuerzas tenebrosas del mal. Pronto pisaré con
mi talón la cabeza de la serpiente.
Combatid
conmigo las fuerzas tenebrosas del mal, difundiendo esta consagración. Necesito
abrirle los ojos a muchos de mis hijos que, aún, están somnolientos; satanás
los ha adormecido, los ha sumergido en un aletargamiento espiritual.
Combatid
conmigo las fuerzas tenebrosas del mal, venerándome como: María, Maestra de los
apóstoles de los últimos tiempos, Maestra que os está formando y preparando
como guerreros de Dios en mi Ejército Victorioso.
Combatid
conmigo las fuerzas tenebrosas del mal, orando el Santo Rosario, arma letal que
encadenará a satanás en este final de los tiempos.
Combatid conmigo las fuerzas tenebrosas
del mal, reparando por vuestros pecados y los pecados de la humanidad entera.
Combatid
conmigo las fuerzas tenebrosas del mal, como soldados rasos de mi Ejército
Victorioso porque el pecado ha envuelto al mundo, el mal se ha difundido por
todas partes como una terrible epidemia; epidemia que está llevando a muchos
hombres a la muerte espiritual.
Virtud
del silencio
Debéis
ejercitaros en la virtud del silencio, silencio exterior e interior. Aprended a
moderar vuestras palabras. Aprended a
interiorizar, a meditar; no pequéis por
exceso en el hablar.
Si
queréis alcanzar la sabiduría, debéis aprender a silenciar vuestras tres
potencias: cuerpo, alma y espíritu; la paz en vuestra alma la encontraréis en
el silencio. Silencio que ha de elevar vuestro espíritu al Cielo y uniros en un
idilio de Amor Divino. Silencio que os hará más inteligentes, más receptivos a
la voz del Divino Maestro. Silencio que os habrá de llevar a la sobriedad, a la
quietud, a la armonía, al equilibrio emocional. Los grandes sabios, los grandes
santos supieron colocar mordaza en sus labios, supieron abrir su corazón y su
entendimiento a la Sabiduría Divina.
La virtud del silencio os hará aceptos y
agradables ante la presencia de los hombres. La virtud del silencio os hará
almas prudentes, delicadas, moderadas en vuestro hablar.
La
virtud del silencio os adentrará en las sendas de la contemplación, en la
ruptura con las cosas el mundo.
La virtud del silencio os llevará a la
adquisición de la virtud de la prudencia; ambas os dan crecimiento espiritual,
dan fin a la procacidad de vuestras palabras.
Hijos míos: en el silencio escucharéis
la voz de Dios.
En el silencio podréis encontraros más
fácilmente con el Señor. Sus Palabras Divinas caerán en la profundidad de
vuestro corazón como susurros de brisa suave.
En
el silencio os encontraréis con vosotros mismos, descubriréis vuestras
flaquezas, vuestras debilidades, tendréis oportunidad de consideraros ínfimos
porque, aún, sois obras de arte no terminadas.
En el silencio os regocijaréis, nadaréis
en una paz infinita.
En
el silencio vuestro corazón se ensanchará al Amor de Dios, percibiréis mi
presencia maternal, mi calidez de Madre.
Hijitos míos: evitad la palabrería,
hablad con sutileza y silenciad vuestras potencias, de tal modo que aprendáis a
tener un encuentro cara a cara con Dios.
3. Coronilla de Protección. Pág. 7
Seguir con las mismas oraciones arriba indicadas desde el primer día
María , Mater novissimis temporibus
apostolorum, ora pro nobis , amén.
Simpatizo con la obra y hago apostolado de ella,
y en libertad de acción y de acuerdo al documento de la Santa Iglesia
cuya autoridad el Papa Paulo VI , publicado el 15-9-1966 y el decreto de
la congregación de la Propagación de la fe (antes Santo Oficio) A.A.S.,
No 58 / 16 del 29 -12-1966 no esta prohibido divulgar ,sin el imprimatur
escritos relacionados a nuevas apariciones ,revelaciones profecías ,milagros
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