Día
29. Estáis en la hora final
Enero 26/10 (10:30 a. m.)
Hijos
amantísimos: María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os llama a
formar parte de mi Ejército Victorioso. Soy su capitana; poneos, pues, bajo mis
órdenes como soldados rasos, os armaré con suficiente munición del Cielo de tal
modo que salgáis a batallar sin miedo, porque siempre estaré a la vanguardia
lista para protegeros. San Miguel Arcángel caminará con vosotros, presto en
levantar su espada contra el adversario y sus secuaces; estáis en la hora
final, porque muchas legiones de demonios han sido soltadas del infierno para
tentar, para hacer caer a muchísimas almas en pecado mortal.
Estáis
en la hora final, porque secretamente se gesta un plan que pretende llevar la
Iglesia a la más abrupta desolación, quiere acabarla porque es la Iglesia
verdadera fundada por Jesucristo.
Estáis
en la hora final; por eso el Espíritu Santo descenderá para instaurar el Reino
Glorioso de Cristo. Reino de amor, de justicia y de paz.
Estáis
en la hora final, porque pronto el Espíritu Santo vendrá a vosotros por medio del
triunfo de mi Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús.
Estáis en la hora final, porque estáis
viviendo tiempos de confusión y perturbación de espíritu.
Estáis
en la hora final, porque satanás con su astucia ha logrado difundir el error
bajo supuestas modernas interpretaciones, llevando a muchos de mis hijos al
pecado porque todo es llevado a una falsa psicología de la conducta humana, en
la que todo es permitido, ya que el mal no existe; lo que antes era pecado ya
es tomado como un patrón de comportamiento normal.
Estáis
en la hora final, porque podéis ver la deserción de vocaciones en los conventos
y casas religiosas, porque satanás ha penetrado dentro de ellas sembrando el
caos, la confusión; llevándolas a perder el carisma por el cual fueron
fundadas.
Estáis
en la hora final, porque cuando el Santo Padre, el Papa, habla enérgicamente de
las verdades de la fe Católica, es criticado, menospreciado públicamente.
Estáis
en la hora final, por eso tantos hijos míos andan de un lado para otro por el
prurito de oír novedades cuando la verdadera novedad está en el Sagrario, en
las Sagradas Escrituras y en el Magisterio de la Iglesia.
Estáis
en la hora final, y por eso os llamo a caminar por las sendas de la santidad,
de la oración y de la reparación porque estáis en el umbral de todos los
acontecimientos profetizados.
Estáis
en la hora final, por eso el Padre Eterno, me ha permitido descender hasta
vosotros para consolaros, ya que estáis entrando en el tiempo de la agonía y
abandono; pronto la humanidad entera saboreará el cáliz de la amargura.
Estáis
en la hora final, por eso os recuerdo de nuevo los mismos mensajes que desde
hace muchos años he estado hablando al mundo entero; mensajes que deben parecerse porque soy yo
quien los transmito.
Estáis
en la hora final, por eso muy pronto terminará el tiempo de la tribulación
profetizado en las Sagradas Escrituras, tiempo que antecederá al segundo
advenimiento de Jesús.
Estáis
en la hora final, por eso el tiempo se os ha abreviado porque muchísimas almas
están a apunto de perderse.
Estáis
en la hora final, abridme las puertas de vuestro corazón, dejadme actuar en
vosotros, os arrancaré de las garras de satanás, os llevaré conmigo y os
guardaré en el pequeño resto fiel de mi Iglesia para que no seáis confundidos,
ni engañados.
Estáis
en la hora final, por eso os pido a todos la consagración a mi Inmaculado
Corazón. Consagración en la que María, Maestra de los apóstoles de los últimos
tiempos, os forma, os prepara para la segunda venida de Jesús. Consagración
dictada directamente por mí, porque os llegó la hora de despertar de vuestro
sueño letargo, os llegó la hora de tomar muy en serio mis palabras, mis
advertencias de este final de los tiempos. Consagración en la que recopilo mis
mensajes dados en muchas partes del mundo; pero, aún así, los hombres no
vuelven sus ojos y su corazón a Dios. Consagración en la que os recuerdo todos
los acontecimientos anunciados por los profetas a través del tiempo.
Consagración en la que recibiréis el sello de la Santa Cruz en la frente y en
la mano. Consagración que os llamo a difundir sin miedo, sin temor, porque si
vosotros no habláis, las piedras gritarán.
Consagración que será uno de los últimos
llamamientos maternales a la humanidad, porque si el pueblo no se convierte
perecerá.
Consagración
que moverá a muchos de mis hijos al arrepentimiento, a un cambio en sus vidas.
Consagración
que tendrá muchos enemigos porque el adversario no quiere que el mundo sea
avisado de todos los sucesos que sobrevendrá a la tierra.
Virtud
de la santidad
Os llamo a que seáis
santos.
Os
llamo a que vuestras obras sean tan claras como la luz en pleno día. Os llamo a
que habléis solamente de las grandezas y de la magnificencia del Señor.
Os
llamo a que cerréis vuestros labios a toda crítica. Os llamo a que cerréis
vuestros labios a toda palabra tosca, a toda palabra de doble sentido.
Os llamo a que enaltezcáis el Santo
Nombre del Señor con vuestra vida de rectitud.
Os llamo a que seáis verdaderos signos
de alabanza, verdaderos signos de adoración y de gloria, viviendo santamente;
la vida de santidad no hace ruido.
La
vida de santidad se desarrolla de acuerdo al Evangelio, de acuerdo a los
principios doctrinales de las Sagradas Escrituras. No busquéis lo
extraordinario, desde lo ordinario os podéis hacer santos. No busquéis lo
novedoso, desde lo simple podéis escalar altas cimas de la santidad; que la
constante en vuestras vidas sea la santidad, sea la consecución de salvación de
vuestra alma. Imitad al Santo de los santos, imitadme a mí también, hijos
amados, en las virtudes con las que fui adornada. Guardad mis consejos en
vuestro corazón y vividlos día a día. Meditad en mis palabras y llevadlas a la
praxis. Meditad en mis palabras y llevadlas a la realidad, es decir, no
guardándolas, no olvidándoos de ellas; es hacerlas vida en vuestras vidas.
Os amo y os bendigo:
. Amén.
3. Coronilla de
Protección. Pág. 7
Seguir con las mismas oraciones arriba indicadas desde el primer día
María , Mater novissimis temporibus
apostolorum, ora pro nobis , amén.
Simpatizo con la obra y hago apostolado de ella,
y en libertad de acción y de acuerdo al documento de la Santa Iglesia
cuya autoridad el Papa Paulo VI , publicado el 15-9-1966 y el decreto de
la congregación de la Propagación de la fe (antes Santo Oficio) A.A.S.,
No 58 / 16 del 29 -12-1966 no esta prohibido divulgar ,sin el imprimatur
escritos relacionados a nuevas apariciones ,revelaciones profecías ,milagros
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