Día
33. Recibid esta consagración, difundidla sin temores
Enero 28/10 (1:05 a. m.)
Hijos
carísimos: María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os ha
llevado a recorrer un camino de preparación para la consagración a mi
Inmaculado Corazón; camino de 33 días en el que habéis ensanchado vuestro
corazón para recibir mis gracias. Camino de 33 días en el que habéis
descubierto secretos que sólo son revelados a los sencillos, a los humildes.
Camino de 33 días en el que os he recordado profecías que están por cumplirse.
Camino de 33 días en el que habéis sentido el arropo de mi mirada. Camino de 33
días en el que habéis percibido mi presencia.
Camino
de 33 días en el que habéis recibido mis lecciones de amor porque el pueblo
perece por falta de conocimiento.
María,
Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os ha sensibilizado llevándoos
a una conversión transformante, a volver vuestros ojos y corazón al Señor.
María,
Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os ha despertado de vuestro
letargo espiritual; ha llegado el momento de reaccionar, os ha llegado la hora
de tomar muy en serio mis palabras porque la proximidad de los acontecimientos
os ha de llevar a enrolaros en mi Ejército Victorioso de los Corazones
Triunfantes. Ejército que antepondrá el triunfo de los Sagrados Corazones;
triunfo que abrirá las puertas de la Nueva Jerusalén. Triunfo que llevará a
satanás y a sus legiones de demonios a las profundidades del infierno. Triunfo
que llevará a una tercera parte de la humanidad a disfrutar de cielos nuevos y
tierra nueva.
María,
Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os llama a formar parte del
Apostolado de Reparación. Reparación tan necesaria en este tiempo final y
decisivo en la historia. Reparación que menguará mi sufrimiento. Reparación que
disipará las tinieblas que cubren al mundo. Reparación que os prepara para el
reinado de Jesucristo en la tierra.
María,
Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, tiene una gran misión: allanar
el camino para el segundo advenimiento de Jesús. Advenimiento que traerá: amor,
paz y esperanza al nuevo mundo. Advenimiento que destruirá el poder de las
tinieblas, para el Señor reinar con todo su poder, majestad y gloria.
María,
Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os prepara para la gran
batalla; San Miguel Arcángel se alista para derrotar al adversario; valeroso
guerrero del Altísimo que levantará su espada para defender a la mujer vestida
de sol, valeroso guerrero del Altísimo que os protegerá porque sois soldados
rasos de mi Ejército Victorioso.
Hijos
míos: aplastando con mi talón la cabeza de la serpiente, seré la Victoriosa
Reina del mundo. Reina que os abrirá las puertas del Cielo. Reina que os hará
gozar de las delicias del Señor. Reina que os entregará el cetro de oro de
vencedores, porque no os dejasteis amilanar, confiasteis siempre en la
misericordia infinita de Dios Padre. Reina que os condecorará porque supisteis
ser fieles a la sana doctrina y al Magisterio de la Iglesia. Reina que os
sentará cerca de su trono porque aprendisteis a conservar el sello en vuestra
frente y en la mano; sello que os hizo mis elegidos, mis batalladores.
Hijos
amantísimos: una vez os hayáis consagrado a mi Inmaculado Corazón me
pertenecéis totalmente, obraré prodigios de amor en vuestras vidas, jamás me
separaré de vuestro lado, os defenderé de las asechanzas e insidias de satanás.
Una
vez os hayáis consagrado a mi Inmaculado Corazón: os ataré con mi cadena de
amor, os ligaré a mi seno Materno porque os amo, sois la razón por la cual mi
Hijo Jesús murió en una cruz.
Una
vez os hayáis consagrado a mi Inmaculado Corazón seréis esclavos amorosos de
Jesús y de María, estaréis a nuestra entera disposición, desearéis siempre
obrar de acuerdo a la Divina voluntad.
Una
vez os hayáis consagrado a mi Inmaculado Corazón, me hago toda vuestra,
embellezco vuestro corazón con mis gracias, os comunico mis virtudes y perfumo
todo vuestro ser de santidad.
Una
vez os hayáis consagrado a mi Inmaculado Corazón, emprenderéis el camino de
perfección; camino que os llevará a repudiar las cosas del mundo y apetecer los
deleites del Cielo.
Una
vez os hayáis consagrado a mi Inmaculado Corazón, recibiréis una fuerza
sobrenatural que os moverá a batallar contra el adversario, segurísimos de
alcanzar victoria.
Una
vez os hayáis consagrado a mi Inmaculado Corazón, intercederé ante mi Hijo
Jesús por vosotros, os uniré en un idilio de Amor Santo y Divino porque habéis
sido humildes en atender mis súplicas.
Hijos
míos: recibid esta consagración como un gran regalo venido del Cielo para este
final de los tiempos; no tengáis miedo, puesto que siempre permaneceré con
vosotros; difundidla sin temores, sólo os recuerdo lo que ya se os ha sido
revelado.
Os
bendigo en este día de gracia: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Virtud
del Sacrificio
Practicad
la virtud del sacrificio, abrazaos a la cruz del Mártir del Gólgota. Dejad
tanta comodidad, mortificad un poco más vuestros sentidos. El sacrificio
purifica vuestra alma de la herrumbre del pecado.
El sacrificio da mayor luz a vuestro
espíritu, espíritu que ha de volar hacia las alturas, ávido de encontrarse con
Dios en el Cielo.
El
sacrificio os da temple en la virtud, fuerza para resistir a la tentación,
coraje para no caer en el pecado.
El sacrificio perfuma todo vuestro ser
de santidad, os desnuda del lastre del mundo, de la concupiscencia y os reviste
con trajes de pureza.
El
sacrificio calza vuestros pies con las sandalias de la penitencia; porque la
mortificación y la penitencia se entrelazan entre sí.
El
sacrificio os hace soldados aguerridos y valerosos para enfrentar al
adversario, os hace moderados en vuestros apetitos, os lleva a dominar vuestros
sentidos. Ya es el momento que practiquéis esta gran virtud; virtud que servirá
de medio para que reparéis vuestros pecados; virtud que os abrirá las puertas
de los Cielos para que os encontréis cara a cara con Jesús y por ende conmigo.
La virtud del sacrificio os ceñirá
corona de vencedores porque supisteis vencer vuestro hombre indómito.
3. Coronilla de Protección. Pág. 7
Seguir con las mismas oraciones arriba indicadas desde el primer día
María , Mater novissimis temporibus
apostolorum, ora pro nobis , amén.
Simpatizo con la obra y hago apostolado de ella,
y en libertad de acción y de acuerdo al documento de la Santa Iglesia
cuya autoridad el Papa Paulo VI , publicado el 15-9-1966 y el decreto de
la congregación de la Propagación de la fe (antes Santo Oficio) A.A.S.,
No 58 / 16 del 29 -12-1966 no esta prohibido divulgar ,sin el imprimatur
escritos relacionados a nuevas apariciones ,revelaciones profecías ,milagros