miércoles, 9 de octubre de 2013

DIA 22 : MIS LECCIONES CÁTEDRA DE SABIDURÍA



Día 22.  Mis lecciones, cátedra de Sabiduría


Enero 13/10 (6:10 p. m.)


Hijos carísimos, venid a mi escuela maternal: María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os llama a todos vosotros porque os quiere formar con sus lecciones de amor; lecciones que os harán más santos, más sólidos en la fe, lecciones que os sacarán de vuestra ignorancia espiritual, lecciones que os mostrarán el camino hacia la verdad; verdad porque es doctrina pura, sana; verdad porque en nada contradice al Magisterio de la Iglesia y las Sagradas Escrituras; verdad porque son mis palabras. Palabras que debéis saborear como manjar exquisito. Palabras que son dulce miel para vuestro corazón; corazón que habrá de estar abierto a las mociones del Espíritu Santo; corazón que habrá de transformarse en un cofre de oro fino que guarde piedras preciosas, tesoros de cuantiosa suma; ya que un alma sencilla y humilde toma cada una de mis lecciones de amor como la máxima riqueza que pueda poseer un hombre en la tierra.


Hijos míos: tomad esta preparación, la consagración a mi Inmaculado Corazón, como una gran cátedra de Sabiduría Divina. Sabiduría impartida por María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, porque esta es mi misión: enseñaros el camino al Cielo, profetizaros los acontecimientos que están por suceder, porque todo lo que está escrito llegará a su culmen, a su final.


Además de ser una buena madre para con todos vosotros, soy Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos. Maestra que ha sido designada por el Cielo para este tiempo decisivo en la historia de la humanidad, humanidad que tendrá que caminar en dirección opuesta al mundo. Humanidad que deberá regresar a Jesús porque muy pronto será purificada, renovada. Humanidad que está siendo avisada, preparada porque relativamente os falta muy poco para que veáis al Señor, glorioso en su Trono. Relativamente os falta muy poco para que miréis cómo se abren las puertas de la Nueva Jerusalén. Relativamente os falta muy poco para el triunfo de mi Inmaculado Corazón.


Hijitos amados: convertíos de corazón al Señor; los hombres de estos tiempos son de duro corazón, son escépticos a los grandes misterios del Cielo porque la ciencia los ha vuelto empíricos, racionalistas y hasta fundamentalistas. Volveos como niños y seguid mi voz, caminad tras mi perfume, no temáis porque nada os sucederá, os abrigaré bajo los pliegues de mi sagrado manto porque sé que padeceréis frío, os ocultaré en uno de los aposentos de mi Virginal Corazón porque sé que seréis perseguidos, calumniados, injuriados.

Consagraos a mi Inmaculado Corazón porque las potestades del infierno no prevalecerán a pesar de la desobediencia de algunos hijos predilectos. El Papa, primer representante de Cristo en la tierra, seguirá siendo la máxima autoridad para la Iglesia. Autoridad infalible. Autoridad que debe ser acatada por toda la jerarquía eclesial.* Las potestades del infierno no prevalecerán, así la apostasía halla difundido el error indiscriminadamente, error que ha sembrado la duda e inquietud en el corazón de muchos de mis hijos.


Las potestades del infierno no prevalecerán, aunque parezca que el mal ha triunfado sobre el bien, las fuerzas de Dios son potentes, indestructibles y eternas.


Las potestades del infierno no prevalecerán; San Miguel, Príncipe de la Milicia Celestial, se prepara para descender a la tierra al sonar las trompetas. Príncipe que con su espada defenderá la Iglesia, protegerá al resto fiel remanente.


Las potestades del infierno no prevalecerán, satanás y sus secuaces serán enviados a los abismos más profundos del averno.


Las potestades del infierno no prevalecerán, mi Ejército Victorioso les vencerá, les combatirá con el arma poderosa del Santo Rosario; arma que les debilitará, les menguará fuerzas.

Las potestades del infierno no prevalecerán, aún, en el momento en que la Iglesia pase por el viernes santo. Yo, que soy su Madre estaré presente para consolarla, porque una vez haya pasado por los dolores del parto, llegará a su máximo esplendor.

Las potestades del infierno no prevalecerán, porque el dolor y los sufrimientos gestan un nuevo nacimiento, una nueva humanidad.


Las potestades del infierno no prevalecerán, porque la “mujer vestida de sol”** ha empezado su gran batalla; batalla que disipará las tinieblas para que la luz de Cristo resplandezca por todas partes; batalla en la que la Iglesia caminará en la verdad, en la fidelidad y en la unidad; batalla que llevo delante por medio de vosotros, resto fiel.


Virtud de la castidad


Sois templos vivos de Dios, sois morada del Espíritu Santo. Sois creados a imagen y semejanza de Dios. Sois hechura de sus venerables manos. Así es, pues, hijos míos, que debéis hacer de vuestro cuerpo tabernáculo del Amor Divino, copón de pureza porque naciste para el gozo espiritual, para el disfrute de la verdadera vida en Dios. No mancilléis vuestro cuerpo. Los pecados de la carne ofenden gravemente a Dios. Los pecados de la carne os deforman, os vuelve monstruos. Los pecados de la carne os acarrean sufrimientos indecibles en la eternidad. Los pecados de la carne borran el matiz de Dios que un día recibisteis cuando fuisteis engendrados en el vientre de vuestras madres. Los pecados de la carne os van consumiendo lentamente hasta que quedéis forrados en el mero hueso. Id y purificad vuestro corazón en los Ríos de la Gracia. Haced reparación, mortificación y penitencia por las veces que hicisteis de vuestro cuerpo motel de placer, engendro de satanás.


Id y purificad vuestro corazón en los Ríos de la Gracia por las veces que hicisteis de vuestro cuerpo mercadería barata, recinto de prostitución.


La castidad hijos míos, es virtud que os ciñe corona de azucenas en vuestro corazón. La castidad, hijos míos, es virtud que os da candor, pureza.


La castidad, hijos míos, es virtud que os da olor de santidad, fragancia exquisita de cielo. La castidad, hijos míos, es virtud que cubre vuestro cuerpo de ropajes blancos.


La castidad, hijos míos, es virtud que hace de vuestro corazón un lirio perfumado. La castidad, hijos míos, es virtud que os ciñe alas de Ángeles.


La castidad, hijos míos, es virtud que os da fragancia exquisita, oloroso perfume que es prueba de que Dios habita en vuestro corazón, de que sois portadores de la pureza infinita, de que sois vasos cristalinos, espejos nítidos sin manchas.


3. Coronilla de Protección. Pág. 7

* Se entiende que siempre se trate de un Papa fiel a la Santa Doctrina.  
** Apocalipsis Cap. 12.

Seguir con las mismas oraciones arriba indicadas desde el primer día 



María , Mater novissimis temporibus
 apostolorum, ora pro nobis , amén.
Simpatizo con la obra y hago apostolado de ella,
y en libertad de acción y de acuerdo al documento de la Santa Iglesia 
cuya autoridad el Papa Paulo VI , publicado el 15-9-1966 y el decreto de 
la congregación de la Propagación de la fe (antes Santo Oficio) A.A.S.,
No 58 / 16  del 29 -12-1966 no esta prohibido divulgar ,sin el imprimatur  
escritos relacionados a nuevas apariciones ,revelaciones profecías ,milagros 




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